Santa Cruz de Tenerife, a 4 de noviembre de 2017. A 25 de noviembre de 2017, las únicas que no conviven ya con la violencia de género son algunas de sus propias víctimas. El resto de personas seguimos pidiendo que no se mire para otro lado respecto a las expresiones machistas, que no se permita el silencio cómplice con el maltratador, que no se haga un uso sexista de la figura de la mujer, que se apliquen los protocolos para que cualquier personal público lo ponga en conocimiento de la autoridad competente…
Toda persona tiene el deber de comunicarlo a las autoridades, pues la violencia de género es un manifiesto extremo de desigualdad social y es la sociedad quien puede paliarla. Cuando una mujer muere a manos de un hombre y las autoridades desconocían que se estaba produciendo una situación de violencia de género quizás alguien podría haber actuado al percibir los indicios y no lo hizo, quizás alguien no cumplió con lo que la legislación exige.
Pero concretamente, eliminar esta lacra es tarea de los poder públicos, que son quienes deben salvaguardar la libertad de las personas. Libertad que no debería circunscribirse en el caso de las mujeres a la violencia de género, porque el fin de su agresor es controlarla. Un deseo de control que desgraciadamente suele acabar con la vida de la víctima.
Siguen siendo una utopía la auténtica igualdad entre hombre y mujeres. Si bien existe mayor conciencia por parte de la ciudadanía y un incremento en recursos legales en prevención, protección y sanción de tal discriminación y vulneración del derecho a la igualdad, lo cierto es que nos persigue un lastre histórico. La violencia de género la sufre la mujer por el hecho de ser mujer y debido a la posición histórica de desigualdad entre mujeres y hombres que acarreamos.
La violencia de género acabará cuando desaparezcan las teorías que defienden la superioridad del hombre sobre la mujer, física, mental e intelectual. Y, para eso, es fundamental hacer hincapié en una educación en valores de igualdad y respeto que favorezcan el cambio de mentalidad actual. Cuesta cambiar esta realidad, pero hay que seguir adelante por las mujeres que han fallecido a manos de un hombre y por las que a diario conviven con el terrorismo machista.
Coalición Canaria estará con quienes defiendan la igualdad. Agradecemos el trabajo constante de colectivos y asociaciones de mujeres para erradicar este problema de Estado tan visible en nuestra sociedad.
